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Diario ANÓNIMO,

Martes

Las emociones de mi vida se reducen a comprobar el éxito de las entradas de un blog y descubrir la última película que ha completado mi e-mule. (¡Oh! ¡Está bajando a 42 Kb/s! Una estupensa razón para quedarme un rato mirándolo.) Puedo incluir mis excitantes coqueteos con las encantadoras mujeres del sector servicios. El supermercado: ese night club de los misántropos. Lo peor es que no hago lo más mínimo por cambiarlo, ya que en el fondo vivo tranquilísimo, lo que es muy parecido a la felicidad. También me alcoholizo en casa, y hoy el campary con soda me ha puesto estupendo.

No he estudiado para septiembre, probablemente, sólo apruebe una.

Me pregunto si más adelante me arrepentiré de mi actitud ante la vida. Igual sí. Si estuviese bien no tendría fantasías agresivas que incluyen armas de fuego. ¿O sí las tendría? Siempre he sido un poco macabro...

1 comentario

Mar -

Ando a la caza de nuevos blog que me reenganchen a la lectura diaria. ¿Por qué has dejado de escribir? Esto es una ventana abierta al mundo llena de causalidades. Yo de ti escribiría. Saludos.